domingo, 27 de julio de 2008

ODA A LOS CALLOS

Hoy comenzaré parafraseando a César Vídal, "corría el año 1993, éramos un grupo de recién iniciados universitarios"...

Es cierto, este verano, ayudado por el fin de semana con mis amigotes de toda la vida, me he convertido en un nostálgico empedernido. Por suerte, el anuncio de Coca Cola me ha enseñado que no estoy solo...(sí, yo también respondo al camarero cuando grita eso de !chaval!).

Hace unos días, un gran amigo me hacía referencia a una poesía que escribí para él hace muchos años y me preguntaba si aún la guardaba.

No me fue difícil viajar en el tiempo e imaginarme en la clase de Derecho Romano, sentado junto a mi sempiterno compañero de pupitre, Juanlu, inspirado y escribiendo una poesía dedicada a nuestro colega Nacho, mientras entre risas disimuladas recordábamos cómo el sábado anterior se paseaba por el pub de moda con su ligue de turno...

Rápidamente me puse a buscar y rebuscar en estanterías polvorientas hasta que entre algunos papeles oxidados de la carrera logré encontrarla. La leí una y otra vez mientras por mi mente pasaban muchas imágenes de aquellos años.

Ahora pretendo colgarla en mi blog, sin más objetivo que hacer pasar un buen rato a aquellos de mis amigos que compartieron conmigo aquella época. Quizá algunos opinen que es algo ordinaria y soez, y probablemente no les falte razón, pero a mí consigue arrancarme una sonrisa cada vez que la leo. Por otro lado, así conseguiré demostrar a mis críticos particulares eso que tanto anhelan, mi lado vulgar (aunque no menos cachondo) que por supuesto tengo y que nunca he pretendido camuflar. Como ya expliqué un día aquí mismo, todos tenemos un lado sensible, un lado alegre, un lado triste y un lado ordinario, y yo el primero, faltaría más. Y aquí hay cabida para todos y cada uno de ellos. En cualquier caso, mis disculpas si la poesía ofende a alguien...

Nacho, va por tí:

ODA A LOS CALLOS
En el tercer tiempo con cerveza
estaba yo con todo el equipo
cuando en tus voluminosas tetas
constantes mis ojos quedaron fijos.
Pero no lo pude soportar más
al divisar tu culo en la oscuridad
y sólo al conocerte comprendí
que tu michelín era para mí.
No podía estar más excitado
pero a la vez muy intrigado
de que nadie en todo el bar
tu mostacho quisiera chupar.
No me entretuve por más tiempo
y a pesar de tu mal aliento
penetré con mi lengua ardiente
entre esos amarillentos dientes.
Al día siguiente estaba vacío
aunque todavía seguía empalmado
pensando en tus marrones palominos
que con tanto gusto había mamado.
Y a pesar de burlarse mis amigos
y de tus rojos y variados granos
yo con mucho entusiasmo grito:
!Que viva Nacho y todos sus callos!

miércoles, 16 de julio de 2008

VIVA LA PEÑA

Este último fin de semana dejé atrás muchas cosas. Bueno, más que dejar atrás, volví atrás, porque conseguí viajar atrás en el tiempo.

Y este retroceso temporal se lo debo a mis amigos, a mi peña.

Qué bueno es tener amigos, pero aún es mejor si son buenos, sin embargo, lo que es genial es que esos buenos amigos sean tus amigos de toda la vida.

Yo tengo esa suerte, y este fin de semana lo he podido comprobar. Con la excusa de una despedida nos organizamos un viaje a la playa. Durante meses hemos estado preparando tan magno evento, sin mujeres, novias ni esposas (en este sentido, no estamos muy a la moda, ya que ninguno de nosotros ha salido del armario...al menos aparentemente). Sólo nosotros, la misma peña que con 19 años nos ibamos de cañas y organizábamos fiestas en los chalets de nuestros padres.

Lástima que seamos muchos y que como es lógico, no hayamos podido ir todos, pero sí que conseguimos juntarnos un buen número de peñistas, y aunque no estábamos todos los que somos, sí que éramos todos los que estábamos. Eso sí, en especial echamos en falta a uno de nosotros, el principal, ya que era el novio y, por tanto el "ojomeneado", pero desgraciadamente no pudo asistir por motivos de salud de su padre. Aunque lo tuvimos presente todo el fin de semana y estoy seguro que a pesar de la distancia notó nuestro aliento de ánimo en estos momentos tan delicados para él.

El caso es que no pensé que un viaje a tan sólo 300 km., en realidad fuese un trayecto tan lejano. Gracias a nuestra amistad y al ambiente que creamos logramos, al más puro estilo Michael J. Fox, viajar en el tiempo.

Durante 48 horas olvidamos nuestros trabajos, nuestras actuales responsabilidades, nuestros problemas de treintañeros, nuestras penas y alegrías y volvimos a ser los jovenes sin michelines y con pelo que nos comíamos el mundo, o al menos eso creíamos.

Volvimos a compartir risas por comentarios absurdos, recuperar recuerdos que conseguimos revivir otra vez, comportarnos de forma gamberra y desenfada sin importarnos lo que la gente pensase ni el ridículo que por supuesto hacíamos.

Durante 48 horas fuimos de nuevo nosotros, porque entre nosotros no tenemos que fingir, no tenemos que callar si no nos apetece, podemos decirnos esas cosas que no le dices a tu compañero de trabajo o al marido de la mejor amiga de tu mujer, porque nosotros conservamos esa magia propia de ser amigos de toda la vida en el sentido literal de la palabra.

No voy a regocijarme contando con detalle cada segundo de los 172.800 que compartimos, aunque cada uno de ellos sería merecedor de al menos un comentario, pero me quedo con la frase de uno de mis colegas, que acertadamente comentó el trágico día después, ese lunes en el que todos volvimos a ser calvos y gordos, y volvimos a nuestros trabajos, hipotecas y hasta los michelines nos florecieron de nuevo. En fin, que parafraseando a Món, me atrevo a afirmar que lo vivido este fin de semana, no tiene precio.

Gracias, peña, por estar ahí y dejarme formar parte de vosotros.

jueves, 3 de julio de 2008

Y luego nos quejamos...

Impresionante el artículito de este prenda... de verdad, leedlo y luego me decís a ver si vosotros sacáis otra conclusión.




















¿Es mi imaginación o este tal Paco Reyero es un descerebrado? Lo peor es que el artículo sale publicado en el diario La Razón. Sí, no es de un diario gratuito que lean 4 monos o una revista especializada de una asociación gastronómica, no.

No tiene nada que ver con que se meta con mi equipo de toda la vida. Pero es que me ha indignado. Luego nos quejamos de la violencia en los campos y de los insultos racistas a los jugadores. Desde luego, mientras se escriban este tipo de artículos y diarios de tirada nacional los publiquen, nada cambiará, y eso es muy malo, malo para el fútbol y malo para la sociedad.