miércoles, 26 de octubre de 2011

El dinero no da la felicidad... ni la educación

Hoy pienso que llevo tiempo pensándolo, pero hoy me ha vuelto a venir a la mente gracias a la campaña que ha lanzado el PSOE señalando con el dedo a los colegios privados y a sus usuarios, reprochando además al PP el recorte presupuestario en Educación que está haciendo en aquellas comunidades en las que gobierna.

Esta vez no voy a entrar en el y tú más. Me refiero a lo que todos los periódicos publican hoy, y es el hecho irrefutable de que muchos ministros actuales, incluido el candidato a la Presidencia por el PSOE y creador de la campaña, estudiaron en colegios privados y lo que es peor, tienen a sus hijos estudiando en estos mismos colegios privados, y seguramente irán acompañados al colegio por una asistenta, porque dudo mucho que entre mitin y mitin tengan tiempo de llevarlos ellos.

En este sentido, tan sólo me remitiré a mi post del pasado 29 de septiembre, en el que ya hablaba del doble rasero para la izquierda de toda la vida, su rasero y el del resto.

Yo hoy pensaba en cómo el axioma de que el dinero asegura una mayor calidad se da por sentado, cuando cualquier iniciado en temas como la calidad o la simple gestión, sabe que no es cierto.

Esto ocurre también en la Educación, donde el PSOE denuncia un recorte en el presupuesto de educación, dando por sentado que esto irá en detrimento del nivel educativo y por ende en perjuicio del pequeño y futuro ciudadano.

No soy un especialista en Educación, así que tan sólo me basaré en datos: Según el informe PISA (principal obra de referencia sobre calidad de enseñanza en el mundo) el dinero no es decisivo, ya que, por ejemplo, Australia ha triplicado el gasto por alumno desde 1970 y aún así no consigue alcanzar a Singapur, que gasta menos que la mayoría de los países. Así que quizás la clave no sea el dinero...

Los que protestan por la no contratación de interinos aludiendo a que supondrá volver a clases masificadas y que, de nuevo, eso redundará en la educación del pobre niño indefenso, deberían saber que Estados Unidos está en el tercio inferior de la clasificación pese a que desde 1980 casi ha doblado el gasto por alumno y ha bajado el número de alumnos por profesor a un mínimo histórico, mientras que Corea del Sur (no confundir con la del Norte, please) que está entre los cuatro primeros países en todas las pruebas, cuenta con unas aulas muy nutridas.

No obstante, les voy a dar la razón a los profesores en una cosa, respecto al incremento del número de horas de horario lectivo, ya que los chicos finlandeses son los primeros en lectura y en ciencias, y los segundos en matemáticas, y no se debe a que se pasen el día en el cole, ya que, de hecho, tienen menos horas de clase que sus coetáneos de otros países... aunque claro, me refiero a los alumnos, no a los profesores...

Como anécdota contaré que en Singapur tienen verdadera obsesión por la educación, lo que les ha llevado a pasar en 4 décadas de ser un país subdesarrollado cuyo PIB se asemejaba al de Jamaica a ser hoy día el noveno país más rico del mundo en renta per cápita. Esa obsesión les lleva a ser angloparlantes, con educación bilingüe, estudiando inglés como primer idioma y su lengua materna como segundo idioma.

Por otro lado mantienen en los colegios una meritocracia estricta y disciplinada, donde los niños, desde los 6 años son ordenados por orden, de acuerdo con sus notas. Un amigo les preguntó a los profesores de un colegio de allí si eso no era someter a unos niños tan pequeños a una presión excesiva que incluso podría acabar frustrando a los que se encontraban en los últimos puestos.

Según decía, perplejos ante tan absurda pregunta, le contestaron que no, que a todos los niños les servía de estímulo. Los que se encontraban primeros, querían mantenerse arriba y se esforzaban para ello y los últimos sabían que mañana tenían una nueva oportunidad de mejorar si se esforzaban.

No sé si es demasiado prematuro o no para un niño enseñarle cómo funciona el mundo a tan tierna edad, no soy un especialista, pero desde luego, a los singapurenses no les va tan mal, ¿no?



sábado, 22 de octubre de 2011

la paz de nuestro tiempo

Hoy pienso que la noche del 30 de septiembre de 1938, se firmaron los Acuerdos de Munich por los 4 Jefes de Estado de Italia, Francia, Alemania y Reino Unido.

Estos acuerdos supusieron reconocer a Alemania el derecho de anexión de una región de Checoslovaquia.

Por aquel entonces Adolf Hitler ya había comenzado a rearmar a su país en contra del Tratado de Versalles y a proclamar el derecho de Alemania a ser una gran potencia, reclamando la dignidad política y geográfica que, según él, en la Gran Guerra les habían arrebatado.

El primer ministro inglés, Chamberlain, volvía a su país en loor de multitudes que lo ovacionaban a su llegada al aeropuerto, al bajar del avión comentó: "Todo esto habrá acabado en tres meses. Es la segunda vez en nuestra historia que regresamos de Alemania a Downing Street con una paz honrosa. Creo que es una paz para nuestro tiempo".

Sin embargo, un viejo y casi ya retirado Winston Churchill desató una tormenta en el Parlamento británico al declarar que "hemos sufrido una derrota total y absoluta".

No hemos cedido, le decían, ha vencido la paz, viejo cascarrabias.

En 1939, Checoslovaquia era ocupada en su integridad por Alemania, sin embargo, Chamberlain seguía obstinado y declaraba: "Es natural que lamente profundamente lo ocurrido, pero no debemos dejar que esto nos aparte de nuestro camino. Recordemos que el deseo de todos los pueblos del mundo sigue concentrado en las esperanzas de paz".

Tan sólo unos meses después, Chamberlain declaraba la guerra a Alemania y al poco tiempo dimite, hundido y consciente de que su estrategia era errónea...

Fue aquel viejo al que todos tildaban entonces de loco intransigente el que aceptó el duro papel de liderar a su país y al resto de Europa en la Guerra más dura de la historia. Y lo hizo con aquel famoso discurso al que hoy deberíamos recurrir muchos:

"No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor. Tenemos ante nosotros una ordalía de la más penosa naturaleza. Tenemos ante nosotros muchos, muchos largos meses de lucha y sufrimiento. Ustedes preguntan: ¿cuál es nuestro objetivo? Puedo contestarlo en una palabra: victoria. Victoria a toda costa. Victoria a pesar de todo el terror. Victoria por largo y duro que pueda ser el camino; porque sin victoria, no hay supervivencia"

Hoy nuestro Chamberlain también está a punto de dejar el Gobierno, aunque ni siquiera ha tenido la dignidad de renunciar a su puesto y todavía cree que ha conseguido "la paz de nuestro tiempo". Por desgracia, Churchill no cogerá el mando, pero espero al menos, que quien lo haga, tenga muy clara la historia...


viernes, 21 de octubre de 2011

Malas personas y peor aún

"Si por vuestra debilidad habéis sufrido el mal, no echéis el peso de la culpa a los dioses. Vosotros mismos habéis permitido a esta gente llegar a ser grande cuando le habéis dado la fuerza, cayendo en vergonzosa servidumbre".
Solón. Filósofo griego del siglo VI a.C.


Hoy pienso que en mi último post hablaba de la bondad de la gente. Estos últimos días, no lo veo todo tan claro.

Yo no sé si el Cuco y Miguel Carcaño hicieron lo que todos sospechamos y también desconozco si José Bretón tiene algo que ver con la desaparición de sus propios hijos, pero en cambio puedo afirmar que vivimos en un Estado donde la preocupación por proteger las garantías del sospechoso han llegado a tal punto que el sistema se ha corrompido.

No es lógico y mucho menos justo, que unos chavales, análfabetos, al menos jurídicamente, logren pitorrearse de jueces y policías gracias a un sistema que les permite mentir, cambiar versiones cada día y dejarse asesorar por letrados para salir impunes de cualquiera que sea su delito.

No, no me vale que se escuden en el derecho a la defensa, porque ese privilegio que un abogado ha de hacer prevalecer, ha de basarse en la ética, defendiendo a un criminal partiendo del delito cometido. Desde que el abogado aconseja mentir, cambiar su declaración u omitir detalles del crimen, ese abogado no está ejerciendo un derecho, está cometiendo un delito o al menos permitiendo que la justicia no triunfe.

Luego tenemos a los canallas de siempre, que siguen convenciendo al mundo de que ellos son parte de un conflicto político y que sólo reclaman la paz que otros no queremos otorgar. Lo peor es que su estrategia de darle la vuelta a la tortilla les está funcionando. Y hoy ellos se erigen como adalides de la paz y dejan a las verdaderas víctimas de su violencia como verdugos insensibles del ¿conflicto?. Y es que por mucho que lo disfracen, la realidad es que unos asesinos matan a 858 personas en nombre de una reivindicación política y que 30 años después, dicen que dejan las armas (aunque no las entregan) a cambio de que se cumplan sus reivindicaciones.

Y para terminar, hoy me entero de que ha muerto la pequeña chinita de dos años que fue atropellada hace unos días por una furgoneta y cuyo conductor no sólo no paró a socorrerla, sino que durante unos minutos pasaron personas a su lado y ni siquieran se inmutaron. El hijo de puta que la atropelló alegó que si paraba y la socorría tendría que pagar los costes sanitarios de la niña, mientras que si moría sólo tenía que pagar una pequeña multa.

Y ayer pongo la radio y el debate era sobre si algo fallaba en el sistema sanitario chino... Perdón por el taco, pero es que hay que ser imbécil para echar la culpa a un sistema sanitario por la acción inhumana de un hijo de puta que atropella a una niña y la remata con la rueda de atrás siguiendo su camino... al igual que varios transeuntes que pasan indiferentes a su lado. Como diría mi padre "las mentes no están bien..."

Cuelgo el enlace de las imágenes, pero aviso de que son duras, duras de verdad. Pero aún así, recomiendo verlas, porque a veces es bueno que se nos revuelva el estómago para ser conscientes de las cosas.


Y es que como decía Einstein, "el mundo no está en peligro por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad".



lunes, 17 de octubre de 2011

La historia ya se adorna sola...

Hoy pienso que aprovechando el 30 aniversario de la llegada del Guernica a España, este cuadro vuelve a estar de moda, si es que alguna vez dejó de estarlo.


Yo he tenido la fortuna de mirarlo y admirarlo una decena de veces en su actual aposento y sinceramente, no me canso.


Sin embargo, como con todo, esta obra trata de politizarse, y aunque bien es verdad que su origen fue político, no lo es menos que no todo lo que se dice sobre ella es cierto.


Es cierto que Manuel Azaña, en nombre de la República y con la idea de hacer propaganda a través de uno de los más renombrados artistas del momento, le encarga a Picasso un cuadro para la Exposición Universal de París del 37, ya que como el propio Azaña defendía, "tener a Picasso en nuestras filas tendrá más impacto que una batalla ganada frente a los fascistas".


Así, el Estado, no escatimó en gastos y le pagó al genial pintor la friolera de 150.000 francos franceses de la época, anticipando además el pago, confiado en la entrega absoluta del pintor a su causa.


Sin embargo, Picasso puso sus condiciones, como pintar el cuadro en su taller (que alquiló expresamente) en lugar de en la propia pared del pabellón, como era costumbre, y es que Picasso no sólo era un genio, sino también consciente de que lo era, y sabía bien que sus obras no podían ser eliminadas o destruidas así porque sí, porque cada una de ellas tendrían posteriormente mucho valor.


Una vez terminada la obra, sin embargo, los republicanos quedaron bastante enfadados. Ellos ansiaban una obra donde quedase claro que en la Guerra Civil había un bando bueno y un bando malo. Y en su lugar, Picasso había pintado los horrores de una cruenta guerra, donde se denunciaba el dolor de las víctimas inocentes, sin entrar, sin embargo, en colores ni bandos.


Hasta ese momento, la obra ni siquiera tenía título, tan sólo un pequeño poema que servía de referencia a la obra y que comenzaba diciendo..."gritos de niños, gritos de mujeres, gritos de pájaros..."


Aún así, la obra estaba pagada y no tuvieron más remedio que exponerla. Además, la obra no tuvo mucho éxito en el escaparate internacional. Ya que, las consecuencias de la guerra, en un momento en que Europa empezaba a rozar por segunda vez la destrucción bélica, no era del agrado de la mayoría.


Llegados a este punto, incluso pensaron en sustituir el cuadro, a pesar del pastizal que había costado, teniendo ya hasta la obra elegida (de Aurelio Arteta), pero a última hora, alguien dio con la tecla, el bombardeo que tuvo lugar hacía unos meses en Guernica. Esa era la forma de ligar el horror y el sufrimiento a un sólo bando y poner cara a los malos y buenos.


Desde ese momento, el Guernica se rebautizó como tal y a día de hoy, las guías del Museo no te explican que el cuadro es gris, blanco, negro y con algunos tonos azules porque son los colores del luto y dolor, como denuncia contra la violencia innata del propio hombre. Según ellas, la explicación es mucho más simple, Picasso conoció la noticia del bombardeo a través del periódico, y como estaba editado en blanco y negro...


También explican que en plena sequía creativa que ya le duraba varios meses, tras ver el horror del bombardeo de Guernica, pinta el cuadro en tan sólo 20 días, !qué gran inspiración para un genio! Pero olvidando comentar que durante todo el mes anterior al bombardeo, ya había creado varios bocetos de las figuras protagonistas del cuadro y que, por tanto, parecía tener claro lo que iba a pintar.


Es cierto que Picasso era Republicano y que lo fue toda su vida, incluso a costa de vivir el resto de su vida en el exilio. Pero no intentemos adornar la historia para ponerla de nuestro lado y legitimar absurdas reivindicaciones, porque la historia, queridos míos, ya se adorna sola...

lunes, 10 de octubre de 2011

De buenas personas...

Hoy pienso que hace unos días, como un día cualquiera, me encontraba llevando a mis niños a la piscina.





Es lo que tiene ser padre de familia numerosa. El simple trayecto de tu casa a la piscina municipal, que se encuentra a unos escasos 1.200 m. de tu casa se convierte en una gran aventura que dejaría sin aliento al mismísimo Indiana Jones. Mochilas preparadas antes de salir, asegurarse de que va dentro todo el kit de la piscina. Comeros el bocadillo antes de llegar. Ya sé que no te gusta el salchichón, pero es lo que toca hoy. Ponte el cinturón, pónselo a tu hermana por favor. Ya pongo la canción del cantajuegos. No bajes la ventanilla que se te cae el bocadillo. Chiqui, no llores, que ya llegamos. Vale, bájala, pero no saques las manos. La cabeza tampoco! Ya sé que suena el movil, pero ahora no puedo cogerlo... porque voy en el coche y podemos chocarnos... sí, ya sé que el abuelo lo hace, pero no se debe hacer... bueno, mañana regañamos al abuelo... no, no, el abuelo no se va a chocar, no te preocupes!





Una vez que los dejas en clase, dentro del agua, puedes respirar tranquilo durante una hora que aprovechas para tomar aire.





El caso es que a los 15 minutos de dejar a los niños, recibo una llamada. Dicen mi nombre, con mis dos apellidos y todo y preguntan si soy el dueño del coche con la matrícula tal...





Sí, soy yo, respondo esperando la clásica oferta de una aseguradora y buscando una excusa rápida para deshacerme de ella.





Pero para mi sorpresa me pregunta si mi coche lo tengo aparcado, en ese mismo momento, cerca de la piscina. A lo que, ante mi respuesta afirmativa, me informa de que tengo la ventanilla bajada y que hay cosas de valor dentro.


!La dichosa ventanilla! Me despido de él y salgo corriendo, cerciorándome al llegar al coche de que efectivamente me encuentro con una de las ventanillas traseras hasta abajo. Por suerte, ningún desaprensivo había pasado por allí...





Tras el sofocón inicial de la carrera y el susto, ya más en frío, comencé a pensar en la misteriosa llamada. ¿Quién me había llamado? El coche estaba en la calle por tanto no podía ser el personal de la piscina.


Por suerte, el número de la llamada aparecía en mi móvil, no era uno de esos número largos desde los que te llaman para ofrecerte 3 megas extras si cambias de compañía para intenet.





Ni corto ni perezoso le dí al botón de la rellamada. Al segundo pitido, la misma persona que había hablado conmigo cinco minutos antes me cogió el teléfono. Me identifiqué y le dije que llamaba para agradecerle el gesto y la molestia de haberme llamado para avisarme.





El hombre, serio pero afable me dijo que no había de qué, que era su trabajo.





- ¿Cuál es su trabajo? Le respondí, curioso.





- Está llamando a la Polícia Local.





Según me contó, un venerable ciudadano que pasaba por la calle, vio la ventanilla bajada de mi coche y en lugar de seguir indiferente, mascullando lo inútil y despistado que era el dueño, como haríamos muchos, llamó a la policía local para dar el aviso. Desde allí, trataron de buscar mi dirección a través de los datos de tráfico, pero como mi coche es nuevo, sólo les salía el número del concesionario. Llamaron allí y éstos tuvieron la deferencia de darle el número de mi móvil, que utilizaron desde la policía para localizarme.





La operación no era difícil, pero incluye dos componentes esenciales, una simple persona que va por la calle y que no se queda tranquila ante un posible perjuicio que le puede pasar a un desconocido y un agente que se toma la molestia de indagar y hacer varias llamadas hasta que me localiza, haciendo más de lo que se le podría exigir como funcionario de la Ley y el Orden.





Cuando colgué el teléfono me sentí bien, agradecido y confiado. La Policía no sólo es la que pone multas o detiene a los malhechores, también coge gatos de los árboles y busca dueños de coches despistados.





Y personas... pues hay malas y buenas. Hace poco me topé con una persona mala (algún día le dedicaré un post)




...por suerte, la que pasó por delante de mi coche era de las buenas...

jueves, 6 de octubre de 2011

Que sea él quien se despida...

Hoy dejo que sea él quien se despida...



Discurso que Steve Jobs, CEO de Apple Computer y de Pixar Animation Studios, dictó el 12 de
Junio de 2005 en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford.




“Tienen que encontrar eso que aman”


Tengo el honor de estar hoy aquí con vosotros en vuestro comienzo en una de las mejores universidades del mundo. La verdad sea dicha, yo nunca me gradué. A decir verdad, esto es lo más cerca que jamás he estado de una graduación universitaria.



Hoy os quiero contar tres historias de mi vida. Nada especial. Sólo tres historias.



La primera historia versa sobre “conectar los puntos”.



Dejé la Universidad de Reed tras los seis primeros meses, pero después seguí vagando por allí otros 18 meses, más o menos, antes de dejarlo del todo. Entonces, ¿por qué lo dejé?
Comenzó antes de que yo naciera.



Mi madre biológica era una estudiante joven y soltera, y decidió darme en adopción. Ella tenía muy claro que quienes me adoptaran tendrían que ser titulados universitarios, de modo que todo se preparó para que fuese adoptado al nacer por un abogado y su mujer.



Solo que cuando yo nací decidieron en el último momento que lo que de verdad querían era una niña.



Así que mis padres, que estaban en lista de espera, recibieron una llamada a medianoche preguntando:



“Tenemos un niño no esperado; ¿lo queréis?”



“Por supuesto”, dijeron ellos.



Mi madre biológica se enteró de que mi madre no tenía titulación universitaria, y que mi padre ni siquiera había terminado el bachillerato, así que se negó a firmar los documentos de adopción.



Sólo cedió, meses más tarde, cuando mis padres prometieron que algún día yo iría a la universidad.


Y 17 años más tarde fui a la universidad. Pero de forma descuidada elegí una universidad que era casi tan cara como Stanford, y todos los ahorros de mis padres, de clase trabajadora, los estaba gastando en mi matrícula.



Después de seis meses, no le veía propósito alguno. No tenía idea de qué quería hacer con mi vida, y menos aún de cómo la universidad me iba a ayudar a averiguarlo.



Y me estaba gastando todos los ahorros que mis padres habían conseguido a lo largo de su vida. Así que decidí dejarlo, y confiar en que las cosas saldrían bien.



En su momento me dio miedo, pero en retrospectiva fue una de las mejores decisiones que nunca haya tomado.



En el momento en que lo dejé, ya no fui más a las clases obligatorias que no me interesaban y comencé a meterme en las que parecían interesantes. No era idílico. No tenía dormitorio, así que dormía en el suelo de las habitaciones de mis amigos, devolvía botellas de Coca Cola por los 5 céntimos del envase para conseguir dinero para comer, y caminaba más de 10 Km los domingos por la noche para comer bien una vez por semana en el templo de los Hare Krishna.



Me encantaba.



Y muchas cosas con las que me fui topando al seguir mi curiosidad e intuición resultaron no tener precio más adelante.



Os daré un ejemplo.



En aquella época la Universidad de Reed ofrecía la que quizá fuese la mejor formación en caligrafía del país. En todas partes del campus, todos los póster, todas las etiquetas de todos los cajones, estaban bellamente caligrafiadas a mano.



Como ya no estaba matriculado y no tenía clases obligatorias, decidí atender al curso de caligrafía para aprender cómo se hacía.



Aprendí cosas sobre el serif y tipografías sans serif, sobre los espacios variables entre letras, sobre qué hace realmente grande a una gran tipografía.



Era sutilmente bello, histórica y artísticamente, de una forma que la ciencia no puede capturar, y lo encontré fascinante. Nada de esto tenía ni la más mínima esperanza de aplicación práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer ordenador Macintosh, todo eso volvió a mí.


Y diseñamos el Mac con eso en su esencia. Fue el primer ordenador con tipografías bellas. Si nunca me hubiera dejado caer por aquél curso concreto en la universidad, el Mac jamás habría tenido múltiples tipografías, ni caracteres con espaciado proporcional. Y como Windows no hizo más que copiar el Mac, es probable que ningún ordenador personal los tuviera ahora. Si nunca hubiera decidido dejarlo, no habría entrado en esa clase de caligrafía y los ordenadores personales no tendrían la maravillosa tipografía que poseen.



Por supuesto, era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en clase, pero fue muy, muy claro al mirar atrás diez años más tarde.



Lo diré otra vez: no puedes conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tenéis que confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea.



Esta forma de actuar nunca me ha dejado tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida.



Mi segunda historia es sobre el amor y la pérdida.


Tuve suerte — supe pronto en mi vida qué era lo que más deseaba hacer. Woz y yo creamos Apple en la cochera de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos mucho, y en diez años Apple creció de ser sólo nosotros dos a ser una compañía valorada en 2 mil millones de dólares y 4.000 empleados.



Hacía justo un año que habíamos lanzado nuestra mejor creación — el Macintosh — un año antes, y hacía poco que había cumplido los 30.



Y me despidieron.



¿Cómo te pueden echar de la empresa que tú has creado?



Bueno, mientras Apple crecía contratamos a alguien que yo creía muy capacitado para llevar la compañía junto a mí, y durante el primer año, más o menos, las cosas fueron bien. Pero luego nuestra perspectiva del futuro comenzó a ser distinta y finalmente nos apartamos completamente. Cuando eso pasó, nuestra Junta Directiva se puso de su parte.



Así que a los 30 estaba fuera. Y de forma muy notoria.



Lo que había sido el centro de toda mi vida adulta se había ido y fue devastador.



Realmente no supe qué hacer durante algunos meses. Sentía que había dado de lado a la anterior generación de emprendedores, que había soltado el testigo en el momento en que me lo pasaban. Me reuní con David Packard [de HP] y Bob Noyce [Intel], e intenté disculparme por haberlo fastidiado tanto. Fue un fracaso muy notorio, e incluso pensé en huir del valle [Silicon Valley].

Pero algo comenzó a abrirse paso en mí — aún amaba lo que hacía. El resultado de los acontecimientos en Apple no había cambiado eso ni un ápice. Había sido rechazado, pero aún estaba enamorado. Así que decidí comenzar de nuevo.

No lo vi así entonces, pero resultó ser que el que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado.

Había cambiado el peso del éxito por la ligereza de ser de nuevo un principiante, menos seguro de las cosas. Me liberó para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida. Durante los siguientes cinco años, creé una empresa llamada NeXT, otra llamada Pixar, y me enamoré de una mujer asombrosa que se convertiría después en mi esposa.

Pixar llegó a crear el primer largometraje animado por ordenador, Toy Story, y es ahora el estudio de animación más exitoso del mundo. En un notable giro de los acontecimientos, Apple compró NeXT, yo regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT es el corazón del actual renacimiento de Apple. Y Laurene y yo tenemos una maravillosa familia.

Estoy bastante seguro de que nada de esto habría ocurrido si no me hubieran echado de Apple.



Creo que fue una medicina horrible, pero supongo que el paciente la necesitaba. A veces, la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No perdáis la fe. Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tenéis que encontrar qué es lo que amáis. Y esto vale tanto para vuestro trabajo como para vuestros amantes.

El trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideréis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hagáis. Si aún no lo habéis encontrado, seguid buscando.

No os conforméis.

Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado. Y como en todas las relaciones geniales, las cosas mejoran y mejoran según pasan los años. Así que seguid buscando hasta que lo encontréis.

No os conforméis.

Mi tercera historia es sobre la muerte.

Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo como: “Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón”. Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?” Y si la respuesta era “No” durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.

Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida.

Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante.

Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón.

Hace casi un año me diagnosticaron cáncer.

Me hicieron un chequeo a las 7:30 de la mañana, y mostraba claramente un tumor en el páncreas. Ni siquiera sabía qué era el páncreas. Los médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de cáncer incurable y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Mi médico me aconsejó que me fuese a casa y dejara zanjados mis asuntos, forma médica de decir: prepárate a morir.

Significa intentar decirle a tus hijos en unos pocos meses lo que ibas a decirles en diez años. Significa asegurarte de que todo queda atado y bien atado, para que sea tan fácil como sea posible para tu familia. Significa decir adiós.

Viví todo un día con ese diagnóstico.



Luego, a última hora de la tarde, me hicieron una biopsia, metiéndome un endoscopio por la garganta, a través del estómago y el duodeno, pincharon el páncreas con una aguja para obtener algunas células del tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando vio las células al microscopio el médico comenzó a llorar porque resultó ser una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía.

Me operaron, y ahora estoy bien. Esto es lo más cerca que he estado de la muerte, y espero que sea lo más cerca que esté de ella durante algunas décadas más. Habiendo vivido esto, ahora os puedo decir esto con más certeza que cuando la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual:

Nadie quiere morir.

Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo.

Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma gradual, os iréis convirtiendo en lo viejo, y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero es bastante cierto. Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro.

No os dejéis atrapar por el dogma que es vivir según los resultados del pensamiento de otros.

No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior.



Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición.

De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser.

Todo lo demás es secundario.

Cuando era joven, había una publicación asombrosa llamada The Whole Earth Catalog [Catálogo de toda la Tierra], una de las biblias de mi generación. La creó un tipo llamado Stewart Brand no lejos de aquí, en Menlo Park y la trajo a la vida con su toque poético. Eran los últimos años 60, antes de los ordenadores personales y la autoedición, así que se hacía con máquinas de escribir, tijeras, y cámaras Polaroid. Era como Google con tapas de cartulina, 35 años de que llegara Google, era idealista, y rebosaba de herramientas claras y grandes conceptos. Stewart y su equipo sacaron varios números del The Whole Earth Catalog, y cuando llegó su momento, sacaron un último número.

Fue a mediados de los 70, y yo tenía vuestra edad.

En la contraportada de su último número había una fotografía de una carretera por el campo a primera hora de la mañana, la clase de carretera en la que podrías encontrarte haciendo autoestop si sois aventureros. Bajo ella estaban las palabras:

“Sigue hambriento. Sigue alocado”.



Era su último mensaje de despedida. Sigue hambriento. Sigue alocado.

Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando os graduáis para comenzar de nuevo, os deseo eso a vosotros.

Seguid hambrientos. Seguid alocados.



Muchísimas gracias a todos.

domingo, 2 de octubre de 2011

La letra escarlata de Marta

"Quien comete un error y no lo corrige comete otro aún mayor"
Confucio

Hoy pienso que el 26 de enero de este año escribía un post en el que jugando con un paralelismo entre Dreyfus y Marta Domínguez (http://picapino.blogspot.com/2011/01/yo-acuso.html)

Estaba harto de oir eso de "cuando el río suena...", hastiado de ver cómo la reputación de una de las mejores atletas españolas de todos los tiempos se iba al garete en cuestión de horas.

Por suerte algunos siempre la creyeron y la apoyaron, y no hablo de mi, pobre mortal, sino de personas que podían dar la cara y ayudarla con su apoyo institucional y mediático, tales como Esperanza Aquirre y Pedro J. Ramírez. Meritorio sobre todo lo de Esperancita, ya que un político se juega mucho cuando decide dar un paso al frente y apoyar a alguien a quien los inquisidores ya han tratado de tatuarle la letra escarlata.

Me hace gracia leer ahora el comentario que dejaba Pedro Juárez en mi post de aquel día, y que no puedo resistirme a reproducir:
"O sea, que tú también andas en plan paranoico. Con tal de atacar a Zapatero vale todo, hasta arropar a los delincuentes y presumir que las fuerzas del Estado y los jueces son unos mercenarios. Esa mujer desvaría y se ha metido en un jardín del que va a salir muy mal, a tenor de lo que dice la instrucción. Ha tardado dos meses en dar la cara. Una indecencia".

Os recomiendo que leáis todos los comentarios a mi post, ya que aparte de los comentarios "paranoicos" entonces, pero acertados hoy, de George Smiley, también un amigo anónimo ha ido actualizando concienzudamente desde entonces todas las pesquisas de la investigación.

A día de hoy, Marta se prepara para las Olimpiadas, su nombre está limpio, aunque la letra escarlata le seguirá escociendo un poco... y mientras tanto, siguen saliendo a la luz los datos de una investigación sospechosamente errónea, llena de fiascos y a la que habría que buscar responsables y por qué no, también culpables.

Escuchas telefónicas ilegales, suposiciones basadas en meros rumores, interpretaciones de frases auténticamente kafkianas, controles de carretera expresamente montados para registrar coches de atletas porque no contaban con órdenes de registros, sustancias que aparecen por sorpresa en botes que no existían, manipulaciones de pruebas...

Y por si esto fuera poco, añadimos como toque final las filtraciones de la investigación al medio de siempre, El País, siendo llamativo que en algunos casos incluso informaban de los movimientos de la Guardia Civil antes de que se produjesen...

Lo de este panfleto es de traca. Estos días en que sale a la luz que la Juez ha pedido investigar a la Guardia Civil por su irregular actuación en el caso, El País permanece calladito y agazapado, aunque casi es mejor que siga así, porque jamás reconocerán su error, ya que seguramente, no hubo tal, sino que desde el principio todo estuvo planeado.

Sólo así me explico la última referencia que este panfleto hizo de nuestra querida Marta, y que tuvo lugar en julio, y no fue para pedirle disculpas públicas precisamente, sino que, aunque ya había sido declarada inocente por un juez, le dedicaron un artículo con perlas como estas:

"Marta Domínguez tuvo ayer una oportunidad preciosa para despejar todas las dudas sobre si alguna vez ha recurrido a sustancias dopantes para mejorar su rendimiento (...) prefirió enrocarse y renunció a aclarar algunos de los aspectos más oscuros del caso, esos que llevaron a la juez a asegurar en un auto que hay "sospechas de que Marta Domínguez fuera considerada consumidora de sustancias prohibidas".

"Marta Domínguez solo convenció a los entregados de antemano".

"Por eso, aunque ha sido exculpada, eso no significa que la campeona no se haya dopado".

Ni siquiera voy a entrar a calificar este artículo, pero parece salido de la pluma del propio Tomás de Torquemada, ya que toda la actuación es propia de la Santa Inquisición. Buscar un culpable de un delito que inventamos, hacerlo público para que todo el mundo lo sepa, juzgarla, condenarla y vanaglorianos después de nuestro gran trabajo, gracias al cual salvamos a los ciudadanos del mal que nos rodea.

Sin embargo, hoy existe un componente que entonces no conocían, la Justicia. Y que a veces, hasta funciona, como en este caso. Pero aún así, ellos también improvisan, y aplican el manido "sostenella y no enmendalla", porque por mucho que rasque y rasque, la letra escarlata seguirá en su pecho...

Puede que sea un paranóico, pero desde luego una cosa está clara: se cometió una injusticia con una gran atleta y todos aquellos que le dieron la espalda hoy deberían aprender de aquello y pedirle disculpas. Pero además, habría que aclarar si detrás de esa injusticia había algo más, social o político, y si fue así, que tiene toda la pinta, señalar con el dedo, ahora sí, a los culpables y hacerles pagar por ello.

Yo mientras tanto sigo esperando a que el tal Pedro Juárez me deje un comentario...