miércoles, 30 de julio de 2014

Más padre que sabio

Hoy pienso que ser padre es la tarea más difícil que existe. Nunca se está preparado para ello, no existen manuales ni cursillos previos, y aunque la supernanny lo haga parecer fácil, cada hijo requiere una educación y un cuidado personalizado y distinto.

A diferencia de cualquier otra tarea, los resultados nunca son definitivos, y así un padre nunca deja de cuidar y preocuparse de su vástago, por muchos años que éste cumpla. Además, a pesar de que la personalidad de una persona se conforma por otros factores además de la educación parental, como la propia genética, los amigos o las experiencias personales entre otras, la responsabilidad moral y social será siempre del padre.

Además de no ser una labor remunerada, un padre nunca conseguirá ser amigo de su hijo, sus titos siempre serán más fuertes y guapos, sus abuelos más generosos y complacientes y sus colegas serán sus confesores y amigos. 

Y sin embargo, no conozco a ningún padre que, teniendo la oportunidad de renunciar, lo hiciese. Eso es lo que lo hace misteriosamente maravilloso, que una media sonrisa, un beso robado o una cálida mirada es suficiente para sentirse recompensado.

Ser padre no es fácil, claro que no, nunca sabes si estás malcriando a tu hijo cuando con 7 años dejas que se coma dos helados de postre o si eres demasiado estricto cuando, al cumplir 16, no le dejas ir al concierto de su cantante favorito. Son decisiones que un padre toma, en un momento concreto, sin saber a ciencia cierta si es la mejor decisión, y con la crueldad añadida de que nunca sabrá si erró o acertó.

Me viene a la mente un amigo mío, cuyo padre era bastante estricto. Tras años de educación y disciplina casi castrense, mi amigo es hoy un hombre casado, con hijos y un reputado profesional en lo suyo. Un día, su padre, en plena discusión sobre la educación que le había dado y defendiendo sus rigurosos métodos, le dijo: "has llegado a ser lo que eres gracias a mi" a lo que su hijo contestó de forma seca y tajante: "más bien soy lo que soy a pesar de ti".

Alguien dijo alguna vez que la primera parte de nuestra vida nos la estropean los padres, la segunda los hijos. Y es que si ser padre es harto complicado, ser hijo tampoco es fácil. Desde que somos pequeños, vemos en nuestro padre a esa persona malvada sin escrúpulos que nos dice que NO a todo, que se encarga de limitar todas nuestras ambiciones y sueños, que nunca nos deja dormir o vaguear tranquilos y que, por supuesto, no nos comprende.

Sin embargo, una vez que somos adultos, ser hijo es mucho más fácil, o debería serlo, porque nunca tendríamos que dudar de que un padre lo da todo por nosotros y que más o menos acertadamente, las decisiones que tomó lo hizo siempre pensando que era lo mejor para nosotros. De poco sirve guardar un absurdo rencor o  desear que, aún ya nosotros adultos, nuestro padre fuese de otra manera. Lo cierto es que nos dio la vida y desde entonces compartió con creces todo lo que tenía y eso es motivo suficiente para estarle siempre agradecido.
Decía Mark Twain que cuando tenía catorce años, su padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplió los veintiuno, le parecía increíble lo mucho que su padre había aprendido en siete años.

Quizás algunos hijos tarden más en ver lo que sus padres han aprendido, pero todos, tarde o temprano, deberíamos ponernos sus zapatillas y saber que, nuestro padre siempre ha sido más padre que sabio, y eso, precisamente, es su mejor virtud.

P.D. Hoy en día es difícil referirse a un padre. Lo ves tan obvio que no crees necesario aclarar que hablas del padre como la figura universal que incluye e integra a padres, madres y cualquier otra persona que actúa como tal. Quizás fuese preferible utilizar algún otro término políticamente correcto, pero yo, cabezón y quijote, no lo haré, no sólo por economizar, sino por engrandecer una palabra cuyo significado y sonido es más bello que el de otros términos impuestos como progenitor o ascendiente.



miércoles, 23 de julio de 2014

Schweigen bitte (silencio por favor)

Hoy pienso que la Historia debería ser perenne, ya que lo que sucede es invariable y por tanto, así debería ser recordado. Sin embargo, era Jean Paul Sartre el que afirmaba que el pasado sí que puede modificarse, tal y como los historiadores no paran de demostrar.

Esta reflexión filosóficamente metafísica no se debe a ninguna lectura veraniega de Descartes, todo lo contrario, ha sido suficiente un simple vistazo al periódico.

Una joven norteamericana, que se encontraba de turismo por Europa (ese gran país, para muchos americanos) pasó por Polonia y decidió visitar el campo de concentración de Auschwitz. Durante el tour, coge su móvil y se retrata a sí misma con una gran sonrisa (esa supuesta novedad que ahora se llama selfie, y  que sin embargo ha existido siempre), añade unos emoticonos de sonrisitas y la cuelga en distintas redes sociales.


Ni que decir tiene que en pocas horas, las críticas desde todas partes del mundo empezaron a acribillarla. Pobre chica, nacida a finales del siglo XX, imagino que cruzar el Atlántico, ya supone toda una aventura y que Disneyland París, los San Fermines y Auschwitz son sólo tres parques temáticos más de visita obligada para cualquier turista que se precie.

Yo he visitado Auschwitz, y creo que no hace falta haber leído si quiera "el Diario de Ana Frank".  Con haber visto alguna de las muchas películas que describen el horror que supuso aquel maldito Holocausto es suficiente para darse cuenta de lo que aquello significa. Cuando cruzas aquel arco que daba fin a la vía de un  tren maldito lleno de involuntarios pasajeros, uno puede sentir el miedo de tantos inocentes, la desesperación, el terror en sus caras. Al entrar en aquella cámara de gas, el corazón se te congela y no hace falta leer el cartel que reza "schweigen" en varios idiomas para mantener tu boca cerrada, porque simplemente tu voz se apaga entre escalofríos, sintiendo por unos instantes tantas y tantas almas anegadas por la monstruosidad del ser humano.

Y sin embargo, mientras yo estaba allí, oyendo chillidos en mi cabeza y divisando rostros desesperados entre aquellas cuatro paredes, también hubo algún gracioso que reía y tocaba las paredes como si aquello fuese un simple museo ficticio de los horrores.

La historia no sólo se olvida rápido, sino que se reinventa y se reescribe. Ya lo decía Jardiel Poncela, "Historia es, desde luego, exactamente lo que se escribió, pero ignoramos si es lo que sucedió" y la gente sigue escribiendo cada día, así que, si resulta que Cristóbal Colón ahora es catalán y que fueron Hernán Cortés y cuatro españoles más quienes aniquilaron a los Indios Tapahoe y no el Séptimo de Caballería... También es posible que dentro de unos años Hitler sea comparado con Walt Disney y todos los alcaldes se peleen por que un excéntrico millonario aterrice en su ciudad para prometerles un nuevo Auschwitz, con cámaras de gas más modernas y divertidas... Quizás esto suene gracioso, pero, por desgracia, puede ser tan real como chistoso, porque paradójicamente, al final la verdad no depende de lo que realmente sucedió.

Ya lo dijo Salman Rushdie: "Verdad es lo que la mayoría ve como verdad, pero la mayoría también puede cambiar de opinión a lo largo de la historia"...

En España sabemos mucho de esto, sin ir más lejos, a día de hoy seguimos reescribiendo la Historia. La guerra civil, nuestra guerra civil, tiene muchas historias, y aunque, hace ahora casi 39 años, decidimos empolvar esos libros que la narraban y no hacer, con sus páginas, más pistolas que disparasen rencores, hoy enciclopedias enteras vuelven a contar muchas verdades de aquella historia, verdades rojas, verdades azules, verdades todas, que sin embargo no buscan aprender con ellas o unir distancias, sino alimentar rencores y odios que un día trajeron la miseria y que hace 40 años, todos los que realmente vivieron aquello decidieron enterrar, no por indiferencia o desidia, sino porque sabían que era la única manera de crecer y calmar el alma.

La Historia debe conocerse, debe ser escrita y estudiada, para aprender de ella y evitar errores, sin embargo no debe ser utilizada ni manipulada, ni tan siquiera debe ser callada, porque sin Historia no somos nada.


martes, 15 de julio de 2014

Huérfano de verano

Hoy pienso que me siento raro. Ya estamos a mediados de julio, es cierto. Me despierto con calor, desayuno viendo el encierro de los San Fermines y en el camino al trabajo ya me vuelvo a sentir Gary Cooper cruzando las calles desiertas a lomos de mi moto.

Hasta hace unos días seguía poniéndome una chaquetita para ir a trabajar por la mañana, ahora ya parece que Lorenzo ha dicho aquí estoy yo y el sudor empieza a ser un compañero de fatigas inseparable. Por otro lado, al mediodía, durante la comida, pongo la 2, donde reponen por enésima vez "verano azul", y el baño vespertino en la piscina es obligatorio. ¡Oficialmente es verano!

Y sin embargo, a pesar de todas estas pistas, yo no me siento en verano. Este año es distinto, no tengo esa feliz percepción que te hace ir por la calle con sonrisa de tonto y axilas mojadas. Sentado en la terraza de un bar, sin que la noche termine de refrescar el ambiente, las cañitas me saben muy ricas, y sin embargo, me sigue faltando algo...

Vuelvo a encontrar a los mismos amigos de siempre en la playa, las mismas conversaciones, mejores bikinis que admirar... parece que nada ha cambiado, hasta que suspiro y noto que sigo echando algo en falta...

Es cierto que el calor ha tardado en llegar, ¡maldito cambio climático! ¿o bendito cambio climático? Pero una vez instalado el termómetro en 40, ¿qué es lo que me pasa?

Y es al volver de la playa, cuando paro a tomar un café en un bar de carretera (con hielo, por favor) y al entrar y mirar a mi derecha, me doy cuenta. Ahora todo tiene sentido. Allí en el clásico artilugio que da vueltas, junto a un CD de Tijeritas (¿seguirá vivo este muchacho?) y la discografía completa de Camela, diviso con brillo y relumbrón un pelucón negro tizón y unos contrastados dientes cuyo blanco ya lo quisiera la nieve de Sierra Nevada... allí está, "the one and only", el gran Georgie Dann, y entonces veo la luz y soy consciente de todo: ¡No tenemos canción del verano!

Atrás quedaron los tiempos en que ponías la radio y sólo escuchabas una canción. Pusieras el dial que pusieras, allí estaba ella, aquella tonta melodía, fácil, de una sóla frase, que se pegaba a tu cerebro como una lapa y que tan sólo eras capaz de soltarla tras horas y horas de tarareo infinito, y entonces, justo entonces, cuando empezas a pensar que volvías a ser libre, te encontrabas a algún amigo que te decía: "aserejé, ja, dejé..." y vuelta a empezar.

Sí, algunos dicen (sobre todo los que viven de la música) que sigue habiendo canción del verano, que este año Enrique Iglesias y su Bailando está dando fuerte. Pero los que dicen eso no debieron vivir el verano del 89 tarareando sin parar aquello de que aquí no hay playa (vaya vaya). 

Quién no ha gritado aquello de "¡Boooooomba!" o se echó las manos al cinturón para bailar, junto con otros 40 pardillos, una coreografía country al ritmo de Billy Ray Cyrus cuando su pequeña Miley sólo sacaba la lengua para pedir el biberón...

Todos hemos tenido un tractor amarillo y nos hemos apiadado del pobre Migué, hemos bailado la Macarena mucho antes de que lo hiciese Obama y hemos hecho una mayonesa sin huevos ni aceite.

Todavía hoy cuando alguien dice la palabra "tiburón" inconscientemente y de forma autómatica, como un resorte, contestamos, "no pares, sigue sigue..."

Y pongo la radio, melancólico, vacío por dentro, y escucho la anodina canción de Enrique Iglesias, que no me dice nada. Bajo la ventanilla, y entre lágrimas grito su nombre, !Georgie, Georgie! La vida no tiene sentido sin barbacoas, bimbó ni chiringuitos, ¿dónde se fueron los negros que no podían? y yo... yo no he vuelto a arrimarme a un cachete con cachete ni a un pechito con pechito...

Y así, desamparado, indefenso ante la calina canícula, no pierdo la esperanza de escuchar de pronto una rima fácil y repetida hasta la saciedad que penetre en mi mente y no me deje... y tararearé y tararearé sin miedo a desafinar, y si es en inglés, como aquel "All my loving" que Beatlizaron los Manolos, ya improvisaré yo... y así, con suerte, quizás venga acompañada de una absurda coreografía que podré bailar sin miedo a hacer el ridículo, porque con una canción del verano, todo está permitido, ese es su encanto.

Hasta entonces, sigo huérfano de verano...

jueves, 10 de julio de 2014

De capas largas y anchas alas

"Yo he limpiado Madrid, la he empedrado, he hecho paseos y otras obras... merecería que me hiciesen una estatua, y en lugar de esto me han tratado tan indignamente"
Marqués de Esquilache

Hoy pienso que era marzo de un año tal como 1766, cuando la crisis económica asolaba las calles y la sociedad  empezaba a reclamar a gritos algo tan básico como comida y trabajo.
Enfrente, un Gobierno impotente dejaba todo en manos de un Ministro de Hacienda extranjero para lograr sacar el país adelante. Nuestro valiente ministro ideó un ambicioso plan a medio plazo que, sin embargo, conllevaba medidas controvertidas para la ciudadanía, que veía como los impuestos crecían, los productos de primera necesidad se encarecían y la pobreza aumentaba.
Como consecuencia de la situación, los delitos se incrementaron, los robos y atracos a plena luz del día se hicieron cotidianos y las peleas y rellertas comenzaron a ser frecuentes... así que nuestro Ministro veneciano decide tomar cartas en el asunto y prohibe los sombreros de ala ancha y las capas largas, tratando de persuadir a los malhechores de delinquir bajo el anonimato de dichas prendas y de paso, modernizar a los españoles que seguían usando esas prendas tan desfasadas en el resto de Europa.

Seis años después de haber comenzado su plan de reformas para tratar de modernizar el país y conseguir de Madrid ser la capital más segura y limpia de Occidente, durante los que ningún ciudadano se había quejado, llega aquella normativa sangrante para el españolito de a pie, y así, un Domingo de Ramos, un grupo de personas, muy indignadas y mejor organizadas, ataviadas con las prendas prohibidas empezaron provocando a unos soldados, derivando en el famoso Motín de Esquilache.

Durante tres días y tres noches, se sucedieron saqueos, actos vandálicos alborotos y agresiones que obligan al Rey Carlos III a anunciar que acepta las pretensiones de los amotinados, entre las cuales se incluía la expulsión de España del Ministro, Don Leopoldo de Gregorio, Marqués de Esquilache, y, por supuesto, permitir el uso de la capa y el sombrero de la discordia.

Sin embargo, temeroso de algún incidente más, el Rey opta por trasladarse a Aranjuez, lo que, sin embargo, es entendido por el pueblo como una cobarde huida, agravando la situación que ya parecía en calma y dando lugar a nuevos asaltos y desmanes, incluyendo liberaciones de delincuentes presos. Esta vez, las demandas tienen un tono más grave y serio, yendo más allá de unas simples amenazas. Finalmente el Rey se resigna y cede, y como acto de buena fe, comienza por despachar, ipso facto, a su ministro, Esquilache, que se marcha a tierras italianas. De poco sirvieron sus reformas económicas, los proyectos de higiene, empedrado e iluminación de las calles, la creación del montepío para viudas o la lotería.

Corremos 245 años para adelante, 15 de junio de 2011. Un grupo de indignados y mejor organizados, se parapetan en las puertas del Parlamento Catalán y tratan de impedir su acceso a los propios diputados. Comienzan las protestas con la aparición de los primeros parlamentarios. El ambiente se empieza a calentar, los policías no dan abasto y los acosadores se van viniendo arriba.... insultos, amenazas e incluso agresiones obligan a salir corriendo, literalmente, a algunos diputados. El Presidente Catalán tiene que acceder al Parlamento en helicóptero, como si de una guerra se tratase.

3 años depués, un 7 de julio de 2014, San Fermín, los 19 detenidos por aquellos disturbios son absueltos de todo delito, ya que, en opinión del magistrado ponente "la libertad de expresión y el derecho de reunión y manifestación prevalecen en este caso", ya que "para muchos sectores sociales la reunión y la manifestación es el único medio por el que expresar y difundir sus pensamientos y opiniones"

Sin duda, estos jueces saben de leyes, y por ello seguramente se van al lado genérico y casi metafísico de la norma. Seguramente saben que si acuden a la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio que es la que regula el derecho de reunión y manifestación, sólo encontrarán que su primer artículo empieza diciendo "el derecho de reunión pacífica y sin armas..." y que su artículo 4.3 continúa disponiendo que "los participantes en reuniones o manifestaciones, que causen un daño a terceros responderán directamente de él". Por tanto, si citasen esta norma no tendrían más remedio que condenar a estos 19 angelitos.

Por eso con muy buen criterio hacen referencia a la Constitución y a uno de sus derechos fundamentales, el derecho a reunirse y el derecho a expresarse, ¡casi nada! Sin embargo, en ese argumento algo también chirría, en primer lugar, porque como parafraseando a Sartre, la libertad de los manifestantes para insultar, amenazar y agredir, termina donde empieza la de los diputados insultados, amenazados y agredidos. Pero sobre todo porque en un Estado democrático y de Derecho, hay otras formas que además son legítimas y legales de expresar y difundir sus pensamientos y opiniones. Por suerte no vivimos en otro tipo de países donde no les queda más remedio que acudir a aquellos extremos, aquí no existe la censura en ningún medio de telecomunicación, internet no está limitado o "capado" por el Gobierno, nadie es detenido por dar su opinión, e incluso existe el sufragio universal, libre, secreto y directo, la mejor herramienta para expresarse.

Si hace casi 250 años un Rey permitió que un motín violento se saliese con la suya, hoy es la Audiencia Nacional la que, en cierta forma legitima unos actos salvajes y violentos. Sin embargo existe una pequeña diferencia, la Monarquía absoluta de entonces y la Monarquía parlamentaria de hoy. Quizás esa pequeña diferencia algunos no la vean y equiparen ambas situaciones extremas, sin embargo, la democracia no es tan pequeña como para ignorarla.

Por cierto, todavía con Esquilache en España, haciendo las maletas,  el Conde de Aranda, que quedó a cargo del gobierno mientras el Rey estaba en Aranjuez, convenció al pueblo de Madrid de cambiar las capas y los sombreros de la discordia por capas cortas y tricornios tal y como pretendía el pobre marqués...

jueves, 3 de julio de 2014

La vida es cambio

"Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar"
Elliot Gould

Hoy pienso que hace ya tiempo que Internet dio un vuelco a la forma de entender el mundo, y fue Steve Jobs el que terminó de ponerlo patas arriba cuando casó a internet con el móvil, de cuyo matrimonio alumbró la aplicación, ese pequeño bebé que hoy todos conocen por App

Seguimos ganándonos el pan con el sudor de nuestra frente, pero en cambio, hoy se puede trabajar, desde una tumbona en la playa, sin más ayuda que tu Ipad. Es cierto que el amor sigue inundando corazones, pero también lo es que hay novios apasionados que sólo se conocen a través del Skype. Los políticos siguen careciendo de la credibilidad que nunca tuvieron, pero ahora se ven obligados a dimitir como consecuencia de imágenes subidas de tono colgadas en facebook. Yo sigo teniendo la típica vecina cotilla, sin embargo, ahora sólo bastan 140 caracteres y un par de minutos para convertir un rumor en una verdad ante notario, y aunque los probadores de las tiendas siguen teniendo su morbo, ya es más fácil comprar una falda con tu Iphone que aguantar la cola de Zara.

 Las cosas son así y no sirve de nada quejarse,  sea cual fuera la vida que llevábamos hace 20 años, tenemos que ser conscientes de que todo ha cambiado. Algún nostálgico reticente puede negarse a usar el Wassup, decisión muy legítima y loable, incluso a riesgo de perderse más de un chiste de Julio Iglesias. Sin embargo, la añoranza por cualquier tiempo pasado que fue mejor no tiene cabida en el mundo profesional y es que no fue otro que Heráclito, hace más de dos mil años el que avisó que "nada es permanente a excepción del cambio".

Somos la "generación instantánea" como  la denomina el escritor Francesc Miralles donde el presente se convierte en pasado en cuestión de segundos y la prensa fue una de las primeras damnificadas, pues con tanta información a tiempo real, un periódico de papel a la hora del mediodía, sólo sirve para rellenar los objetos frágiles cuando toca mudanza.

Ellos son los primeros que se han tenido que adaptarse y reinventar su nueva fisionomía, y aún están en ese camino... Diarios digitales, prensa para tablets, blogs informativos... son varias las ideas, todo antes de quedarse estancado, porque al contrario de lo que afirmaba Alfonso Guerra, el que no se mueve, no sale en la foto.

Igual ha pasado con las tiendas de ropa, las de tecnología, las de electrodomésticos, incluso de muebles, por no hablar de otros profesionales que han tenido que subirse al nuevo tren. Un amigo mío, abogado y valiente, ha innovado creando un blog en el que de forma didáctica trata de explicar caso a caso la intrincada orbe jurídica, al igual que otro amigo mío carpintero, que entre tarima y tarima ha creado una página web que haría las delicias del mismísimo Bill Gates.

Llevo varios días escuchando la polémica suscitada por los taxistas a causa de la competencia, en su opinión, desleal, que les ha surgido con algunas empresas que han aparecido a través de distintas aplicaciones de los móviles.

Sin embargo esto no es nuevo, ya hace 4 años comenzó una controversia con las mototaxis, unas scooter que empezaron a funcionar en Madrid, ofreciendo módicos precios y mayor rapidez en los trayectos.

En seguida surgieron las protestas de los taxistas, que veían como su negocio se veía alterado por unos intrusos invadiendo su terreno. El problema era que al ser vehículos de menos de tres ruedas, el Ayuntamiento no tenía competencia para su regulación ya que estaban exentos de autorización para circular, de acuerdo con el Reglamento de Transporte del Ministerio de Fomento.

Quizás los taxistas se equivocaron de objetivo, y en lugar de tratar de boicotear a los mototaxis, que simplemente realizaban un servicio tan legal como el suyo, deberían haber cargado sus tintas... o sus motores, contra el Ministerio, que es quien regula o desregula y autoriza o desautoriza.

Ahora pasa algo similar, los taxistas tratan de usar la fuerza bruta y acusan a empresas como Uber o BlaBlaCar de cargarse su trabajo y de arruinarles la vida. !Es curioso con qué facilidad empleamos esa expresión!

Pero ¿qué están haciendo esas empresas? ¿cómo funcionan estas Apps? BlaBlaCar funciona a través de su web, donde cada usuario anuncia el trayecto que va a realizar, el número de plazas disponibles y el coste por asiento, compartiendo así los gastos de viaje. Así de simple, es una red social que se encarga de poner en contacto a gente con un mismo interés, y en lugar de hacerlo a través de un corcho en la oficina, como toda la vida, lo hacen a través de una App del móvil. 

Por su parte, Uber es una aplicación financiada por Google, que permite a clientes buscar a conductores particulares disponibles para desplazarles en el trayecto que deseen.

La utilización de ambas Aplicaciones no son ilegales mientras no medie remuneración económica y como es lógico, estos servicios son mucho más baratos que el uso de un taxi.

De nuevo los taxistas se equivocan de objetivo. Estas empresas no hacen nada ilegal, tan sólo utilizan las nuevas tecnologías. En mi opinión, el problema radica en la excesiva regulación existente para los taxis. Claro, que esa excesiva regulación es la que ha garantizado durante muchos años su monopolio en las carreteras, de forma que los ayuntamientos han controlado el número de licencias y los requisitos para ser taxista, limitándolo y por tanto garantizándolo.

Ahora esa misma regulación que antes les beneficiaba se les ha vuelto en su contra, y ellos protestan, tratando de presionar para que todo siga igual, lo cual, no sólo va en contra de los nuevos intrusos que tratan de ganarse la vida, sino del propio interés general, ya que es el ciudadano el que finalmente se ve perjudicado.
 
Quizás sea el momento de realizar una gran reforma del sector, eliminando las tarifas obligatorias (que cada uno ponga el precio que quiera, libre mercado también llamado) que no exista limitación de licencias ( tan sólo los requisitos mínimos para ser taxista) y abrir el mercado al alquiler de coches con conductor (que se diferencia de los taxis en que no se pueden parar por la calle, hay que reservarlo con antelación).

Uno de los mejores jugadores de toda la historia del Hockey, Wayne Gretzky, tenía una máxima, "patinar hacia el lugar a donde va a ir el disco, no hacia el lugar donde ya ha estado". Siempre he creído que esa debe ser la forma de encarar la vida, porque la vida es progreso y el progreso es cambio, y todas son ineludibles e inevitables.

¿Os imagináis que el Estado no hubiese permitido el uso del automóvil porque los dueños de los carruajes denunciaban la competencia desleal de aquéllos por ser más rápidos, cómodos y baratos?

martes, 1 de julio de 2014

Echo de menos "Hoy pienso que"

Hoy pienso que no creo en la suerte ni tampoco en el azar, porque como decía Voltaire, el azar es una palabra vacía de sentido ya que nada puede existir sin la causa.

Pero sí creo en las rachas, porque son inevitables, como en el fútbol, donde un delantero tiene fases y todo lo convierte en gol y otras veces no le entra un balón entre los tres palos ni empujándolo con la mano. 

Yo he tenido una racha extraña. No quiero calificarla de mala, porque no sería justo, pero sí es cierto que una serie de acontecimientos me han sobrevenido y no sé hasta qué punto he sabido lidiar con ellos. Personas que te defraudan, otras que te sorprenden, algunas que quieren despedirse, hechos inesperados, algunas obligaciones que, aún sabiendo que tienes que hacerte cargo de ellas, te sobrepasan...Y ante todo ello tu mente reacciona, se ofusca, se colapsa y se seca.

El mal genio usurpa tu sonrisa, las viejas heridas te saludan, la desidia se adueña de ti y comienzas a encerrarte en tu mundo, ese donde estás tan cómodo pero a la vez tan perdido. 

Es en ese momento cuando las musas no te conocen, quizás se avergüenzan de ti y te abandonan. Y entonces sucede, el blog se alimenta de telarañas y deja de pensar que. 

En momentos así, es cuando uno debe levantarse, abrir las ventanas, mirar el atardecer y respirar aire fresco. 

Para mi ha sido fácil, nada mejor que haya una persona que abra la ventana por ti y de un pescozón te siente delante. De pronto miras el paisaje, y redescubres ese maravilloso paisaje que a veces nos negamos a admirar. Y es que hoy he recibido este mensaje: 

Echo de menos "Hoy pienso que"

"Hoy pienso que... no tengo tiempo para nada. Pero hoy pienso que pienso. Unas nimiedades como unas discusiones, unos suelos, unos bancos me van a hacer perder mis cosas realmente importantes. Salir con mi mujer, darle un beso de bienvenida y de despedida, salir con mis niños para que disfruten y aprendan, correr y aprovechar para pensar y luego escribirlo con mi pluma. 
Quizás pienso abuso del dedo... del que aprieta un aparato que quizá me esté quitando tiempo y pensamiento. ¿Quizás? No, seguro.

Por supuesto que esas nimiedades también son importantes pero son transitorias y seguro que son superadas, porque las cosas que se hacen con honradez y corazón son superadas. Sólo es cuestión de tiempo. 

Así que ya se arreglarán. 

Mientras tanto voy a dilatar mis coronarias con un paseo con mi mujer y mis niños, con mi carrerita y con mi pluma... Hoy pienso que..."

Pues eso, seguiré luchando por lo que creo, porque sé que nunca podré escapar de mi espíritu quijotesco, y estoy seguro que volveré a tener rachas extrañas e incluso malas rachas, pero prometo tratar de abrir la ventana cuando no sienta el aire, respirar hondo y admirar, disfrutar...y pensar, para que mis musas jamás me abandonen y mi pluma nunca se seque, y así, conseguir que nadie extrañe "hoy pienso que", pero por encima de todo, que nadie me diga que me echa de menos... 

PD. Aún así sé que siempre habrá alguien que me abra la ventana... !gracias!